Desde el 28 de septiembre Cataluña está sin presidente y con un gobierno de chirigota. Provisional es lo mejor que se puede decir de él. Y, dentro de su provisionalidad, nefasto. No hay más que ver a su portavoz Meritxell Budó, que sabe de todo menos de comunicar.
El 28 de septiembre, cuando la Justicia inhabilitó a Quim Torra por bobo, Cataluña se quedó sin presidente. Y así sígue. Y ya vamos para ocho meses, casi un embarazo. Tardaron en convocar elecciones y tardan en ponerse de acuerdo para gobernar. Siempre van tarde.
Y mientras tanto, la ciudadanía tiene que soportar a esta pandilla de políticos aficionados y torpes que no dan la talla, pero que se eternizan aferrados al poder. Meritxell Budó, la portavoz, ha ofrecido hoy una imagen tragicómica, una más, en su comparecencia ante los medios. Le han preguntado por la cifra de muertos que ha dejado el Covid en Cataluña... ¡y no lo sabía! Ese es el nivel de la portavoz del Govern catalán, que sólo está programada para hablar de independencia y quejarse de España. Si se la saca del guión, se pierde.
Debe pensar Budó que el tema de los muertos por el Covid es irrelevante comparado con su gran misión evangelizadora de llevar a Cataluña a la independencia. Y lo que queda es que no se enteran de lo que pasa a su alrededor. Se presenta ante los periodistas sin haber estudiado la lección. Sólo tenía que preguntar el dato al Departamento de Salud, que lo publica cada día a las diez de la mañana.
"No sé la cifra exacta en este momento", ha dicho cuando se lo han preguntado. Incluso ha añadido que es una "indecencia" que le pregunten esas cosas. ¡Qué mal gusto! Y luego, nerviosa, ha intentado rectificar: "Bueno, sí puedo decírselo -con el móvil en la mano--, porque puedo consultarlo, igual que puede hacerlo usted". El periodista que se lo había preguntado ya se había tomado la molestia de conocer el dato que a ella se le había pasado por alto.
Díaz Ayuso se los comería a todos en Cataluña
Gestionar poco, marear la perdiz mucho. Son profesionales del victimismo siempre dispuestos a echarle a España la culpa de sus propias miserias. Le han preguntado hoy a Budó por la reapaertura del ocio nocturno: "eso depende de la orden ministerial del Gobierno". Y asunto resuelto. Quieren la independencia y se columpian detrás de las decisiones del Gobierno, que es más cómodo. Se pelean por una pancarta de más o de menos y hasta desafían a la Justicia, pero les da igual que los empresarios y empleados catalanes se arruinen con sus locales cerrados esperando que algún político les aporte una solución.
Le han preguntado también por el nuevo Govern o las nuevas elecciones y ha respondido: "todavía queda tiempo, hay que deja trabajar a los equipos negociadores". Pues eso, vamos a dejarles. ¿Qué habrán estado negociando durante ocho meses los equipos negociadores? Pero no hay problema, si Cataluña puede estar ocho meses sin gobierno, también puede estar nueve para redondear el embarazo completo de riesgo. Y si no, elecciones otra vez, y así seguiremos con este gobierno provisional diez meses.
226 días de gobierno en funciones. 86 días desde que se celebraron las elecciones. Y siguen negociando. Las cosas en Cataluña son así. Si viene aquí Isabel Díaz Ayuso se los come a todos.