En Cataluña, todo lo que no sea pro independencia es presionado, saboteado y perseguido.
El martes pasado se llevó a cabo un “homenaje a Eva, la dueña del camping de Gerona que alojó piolines el 1 de octubre”, y los radicales separatistas sacan humo desde entonces en las redes sociales.
El homenaje tuvo lugar el 4 de junio en el Puerto de Santa María (Cádiz), y los indepes se han encargad de hacerlo viral.
“Fue un momento complicado. Como he dicho antes, lo volveríamos a hacer, eso lo tenemos muy claro. Yo tengo madre andaluza y padre catalán. Para mí, ha sido un conflicto, pero quien realmente lo ha pasado mal es mi marido, que hoy no está aquí (se tuvo que quedar en Gerona al frente del camping). Él sí es hijo del pueblo de la Escala de toda la vida y lleva 30 años delante de un camping. No ha sido fácil, pero estamos encantadísimos. Si os acercáis a Gerona, nos vemos en la Escala”, declaró Eva, la dueña del camping, en su homenaje.
“Para tenerlo en cuenta”, apuntan los radicales separatistas, que para boicotearlo dan el nombre del camping, su ubicación y recuerdan que “alojó a efectivos de la Guardia Civil el 1-O”.
Esta caza indiscriminada al ‘colaboracionista’ de Gerona se suma al episodio vivido en Barcelona cuando militantes radicales de Arran, las juventudes de la CUP, se reunieron el pasado miércoles ante la sede de Societat Civil Catalana (SCC) para protestar por el encausamiento de 15 activistas acusados de boicotear un acto de SCC en la Universidad de Barcelona.
Al frente del escrache estaba la cabeza de lista de la CUP al Ayuntamiento de Barcelona, Anna Saliente, que no consiguió sillón municipal.
Los radicales de Arran acusaron de ‘fascista’ a SCC, que defiende los valores constitucionales y el bilingüismo, entre otras cosas.
“Hoy más de una quincena de personas estaban citadas a declarar en los Mossos por manifestarse contra un acto de Sociedad Civil Catalana en la Universidad de Barcelona en 2018, entre ellas varias militantes de Arran. Decidimos no ir a declarar, porque manifestarnos contra el fascismo no es delito”, manifestaban desde Arran desafiando a los tribunales.
Desde SCC lamentaron el escrache y el acoso: “Se trata de un comportamiento antidemocrático por parte de un sector del independentismo que, desgraciadamente, no es la primera vez que se produce. Episodios de este tipo se producen continuamente en Cataluña y no se deben tolerar en democracia, porque son actos propios de un sistema totalitario, donde se persigue a todo aquel que piensa diferente”.