No pararás de reír al ver la ocurrencia que este humano tiene al infiltrar a su mascota en el trabajo.
Y es que este no se puede separar de su animal ni un segundo, por lo que no duda en llevarlo hasta su puesto y esconderlo metiéndolo en un cajón.
Por lo que mientras el dueño del gatete disimula leyendo un papel, también aprovecha para darle algo de comer y premiarle por lo bien que se está portando.
¿Cuánto apuestas que durará el animal escondido sin que pillen a su humano?