Si ya de por sí la relación entre las mascotas y los humanos suele ser algo especial, cuando se trata de una persona mayor el amor se llega incluso a multiplicar.
Y es que el protagonista del vídeo lo demuestra con creces, cuando después de que se incendiara su casa no para de llorar por su gato.
Lo único que le preocupaba a la persona en un momento tan trágico era si el felino pudo escapar de las llamas, por lo que cuando se reencuentra con él no puede evitar soltar alguna que otra lágrima.
Imposible no emocionarse al ver cómo el anciano acaricia a su mascota mientras no para de llorar.