Imposible no reír al ver cómo este gato se pone a imitar al gato de la suerte de su dueño.
Y es que el animal se queda embobado al ver el objeto moviéndose sin parar.
Por lo que su curiosidad lo lleva a realizar el mismo gesto levantando la cabeza y moviendo una de sus patitas para ver lo que se siente.
El animal lo hace tan bien que por un momento no sabrás diferenciar a uno del otro.