La rajada de Leo Messi, cargada de victimismo en Barcelona, ha empezado a surgir en efecto. El argentino mostró su enfado, públicamente, en su llegada a la Ciudad Condal. Griezmann lo incendió todo y ahora el Barça es más que un polvorín… Un auténtico estropicio difícil de arreglar y que ya ha tenido sus primeras consecuencias.
Messi sabía que hablando llevaría a algunos aficionados al límite… Y lo ha logrado. El ‘10’ ha activado la bomba de relojería y algunos van a por Antoine Griezmann. Su propósito es dejar de ser el culpable de todas las salidas del club y ahora mira al francés, con atención, para que se lo carguen.
No hay directiva, más allá de la Junta Gestora, y será el próximo presidente el que decida si Griezmann y Messi deben seguir juntos. En el vestuario, eso sí, empieza a respirarse un ambiente de crispación propio de los malos tiempos que atraviesa el FC Barcelona.
Leo Messi ha conseguido que vayan a por Griezmann y ayer ya se produjeron los primeros encontronazos entre los aficionados y el delantero francés. “¡A Messi se le respeta!”, le gritaron varios seguidores del Barça a Antoine en su salida del entrenamiento.
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Griezmann emula a Bale
Esas palabras venían acompañadas de un aporreamiento a su coche, que recordó los encontronazos que tenía Bale en el Bernabéu, mientras que Griezmann solo se dedicó a acelerar, sin mirar, e irse de la escena en la que se ha producido la ruptura total de él con los aficionados que le increparon.
Así fue el encontronazo que tuvo Griezmann, desde su coche, por culpa de la rajada de Leo Messi:
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