El abogado Javier Melero ha lanzado una inaudita propuesta para Carles Puigdemont en La Vanguardia. Según él, el Gobierno de España debería indultar de forma preventiva al ex presidente fugado de Cataluña para evitar que siga manchando el buen nombre de la justicia española. O lo que es lo mismo, opina que el Estado debería dejar al golpista que se salga con la suya.
El que fuera responsable de la defensa de Joaquim Forn y Meritxell Borràs ha apelado al indulto de Puigdemont "con la máxima urgencia -lo cual es legalmente posible- y le ofrezca las más honrosas condiciones para el retorno".
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"Si, como dice diariamente algún cronista de la capital poniéndose fantástico, el señor Puigdemont está más derrotado que el Barça en la Champions, qué mejor título de honor para el Estado que practicar la virtud de la generosidad y dejar de sonrojar a todos con la evolución de esta triste historia", ha asegurado Melero, que se declara no independentista pero durante toda su vida ha trabajado con Convergència, llegando a ser amigo personal del mismísimo Jordi Pujol.
"El señor Puigdemont podría dejar de comer mejillones en Chez Leon (excelentes, por cierto) y volver a Cataluña, donde lo recibiremos con alivio incluso aquellos que posiblemente no lo votaríamos ni en plena intoxicación etílica", ha alegado, intentando convencer no se sabe a quién de que un tipo que dio un golpe de Estado y se fugó de España en un maletero merece recibir el perdón del Estado y la justicia española.
Campaña en La Vanguardia
De un tiempo a esta parte, La Vanguardia ha radicalizado su discurso independentista. Desde que Jordi Joan se hizo cargo del periódico del Conde de Godó, la escalada indepe no ha frenado y ya se atreven incluso a defender sin remilgos a Puigdemont.
"A Puigdemont no se le puede extraditar hoy en España por vías judiciales legales. Casado, al igual que muchos otros dirigentes políticos y tertulianos de todo tipo, harían bien en modular un discurso que sólo hace más grande en Puigdemont y deja más en evidencia el funcionamiento de la justicia española, que no se merece este descrédito. Con todo respeto a sus señorías y algunos políticos: déjenlo estar", reclamaba el director de La Vanguardia.
"La evolución de la política catalana va claramente en una dirección de apaciguamiento como se muestra día a día con numerosos ejemplos. El último fue la renuncia de Parlamento de Cataluña a convocar un referéndum en la presente legislatura. Hay que felicitarse por este camino a la normalidad, pero sin olvidar que hay todavía carpetas pendientes como la propia situación de Puigdemont. Para resolverla, se requiere la acción de la política en mayúsculas. Y discursos como los de Casado sólo sirven para exacerbar los independentistas más radicales y alejar una solución pacífica el conflicto", afirmó.
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Tal vez no se pueda hacer hoy, pero millones de españoles siguen confiando en que Puigdemont va a pagar por sus delitos y aunque Sánchez mire para otro lado por interés político son amplia mayoría los ciudadanos que exigen la encarcelación del 'príncipe de Waterloo'. No engañan a nadie: hay mucha más agitación de la que nos cuentan en las calles de Cataluña, donde la dictadura del independentismo continúa contra todos aquellos que se sienten españoles.