El PSOE necesita, casi de forma desesperada, el apoyo de los nacionalistas catalanes, para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, así como para mantener la mayoría parlamentaria necesaria para evitar convocar elecciones generales anticipadas.
Una situación que es más que conocida por los independentistas catalanes, que aprovechan esta situación para conseguir la concesión de algunas de sus históricas premisas secesionistas del Ejecutivo nacional, asegurando sus representantes y portavoces que, de momento, los socialistas no cuentan con el apoyo incondicional de los secesionistas, a la espera de las negociaciones entre ambos bloques.
Delicado momento político que, 'casualmente', ha coincidido con la publicación del libro 'La política o el arte de lo posible', del periodista Toni Bolaño; un escrito con declaraciones de socialistas de relevancia, como Iván Redondo, que podría desencallar la relación tensa entre el partido de Pedro Sánchez y las nacionalistas catalanes, justo antes de la votación de los PGE.
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Así pues, este libro, tal y como ha podido conocer el diario digital 'La República', contendría declaraciones de los socialistas que podrían indicar que el PSOE tenia fuertes 'discrepancias' con el discurso pronunciado por el Rey Felipe VI en respuesta al 1 de Octubre.
Enfrentamientos con el Rey que favorecen los PGE
En concreto, el libro apunta a que el ahora ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, habría transmitido al Rey su "desacuerdo" con el discurso contundente del monarca sobre el independentismo.
Un "desacuerdo" que los socialistas habrían intentado que fuese incluido en las palabras del monarca, pero que fue rechazado desde la Casa Real: "no es posible".
Del mismo modo, el libro también señalaría a Miquel Iceta, en aquel momento primer secretario del PSC,que habría "sugerido" a Felipe VI incluir la posibilidad del "diálogo" en su discurso; una petición, según relata el libro, nuevamente rechazada por Zarzuela.
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Un discreto 'rechazo' al monarca que sale a la luz cuatro años más tarde, 'coincidiendo' con el enfriamiento de las relaciones entre el Ejecutivo nacional y el independentismo catalán, que podría significar un nuevo acercamiento de posturas de los socialistas hacia el independentismo, en un desesperado intento de conseguir el apoyo de los nacionalistas, cargando veladamente contra el jefe del Estado.