Imanol Arias recuerda cuando Loles León le ponía "el coño a diez centímetros de la cara"

El actor habla sin reparos de cuando la actriz le metía un plátano 

22 de Septiembre de 2019
Imanol Arias recuerda cuando Loles León le ponía "el coño a diez centímetros de la cara"
Imanol Arias recuerda cuando Loles León le ponía "el coño a diez centímetros de la cara"

Imanol Arias recuerda que él fue testigo de los excesos de los productores contra las actrices: "Era un comportamiento de abuso de poder establecido y era muy generalizado, eso seguro. Lo sexual... Cuando yo llegué a Madrid, la farándula nos dábamos besos en la boca todos. Yo saludaba a Paco Rabal o a África Prat con un beso en la boca". 

Y se explica en El Mundo: "Iba a un espectáculo de Loles León, me ponía el coño a 10 centímetros de la cara y me metía un plátano. En esa época los límites eran borrosos. Pero el #MeToo se da en el momento en que esas situaciones extremas quedan difuminadas en una línea continua y se normalizan". 

El actor de 'Cuéntame cómo pasó' puntualiza: "No es un movimiento contra el abuso sexual sino contra el abuso predominante, es más cultural que sexual. Cuando las mujeres han estado tanto tiempo calladas ante esto es por algo y lo mínimo es concederles el beneficio de la duda. Ha habido casos muy extremos, han tardado mucho tiempo en decirlo porque no era fácil y tienen todo el derecho a denunciarlo ahora". 

El cambio

Arias dice que ha notado cambios en los últimos años: "Claro, pero no sólo en el cine, en la sociedad. Yo salgo a caminar rápido, que no a correr, y ahora veo, los días de diario por la mañana, a muchos padres con los hijos en el parque. Eso es nuevo. Esos hijos estarán educados de una manera distinta a la nuestra, más igualitaria. Con el movimiento feminista veo un resultado y eso es lo que importa". 

También reconoce que no se libra en ninguna entrevista de las preguntas sobre su lío con Hacienda: "Tres veces al año hago promoción y tengo que enfrentarme con este tema, del que ya dije lo que tenía que decir. Este oficio te convierte en una persona que habla y parece que siempre tienes algo interesante que decir, pero la realidad es que no es así, no somos tan capaces de hacerlo y no tenemos ni puñetera idea de cómo enfrentarnos a ciertas preguntas. Somos como cualquier otra persona".