La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha acusado a la Iglesia se "ser cómplice con la violencia sexual hacia los niños", los obispos han contratacado y la acusan de un "anticlericalismo rancio". Y Pablo Iglesias ha metido la cuchara para soltar: "Los que ensucian a la Iglesia son los curas violadores y los obispos que les protegen". El 'belén' está montado.
Todo empezó con la ministra Belarra y defendiendo en el Congreso su proyecto de ley orgánica de protección a la infancia y a la adolescencia ante la violencia, frente una "Iglesia católica que ha sido cómplice demasiadas veces con la violencia sexual hacia los niños".
El ataque era frontal y directo: "es una verdad incómoda pero hay que decir que la Iglesia católica ha sido cómplice demasiadas veces en este país encubriendo la violencia sexual hacia los niños, y esto tiene que terminar".
Y ha expuesto el caso de Emiliano, "que con 10 años sufrió agresiones sexuales de un sacerdote en el seminario donde estudiaba interno" y ha dedicado su ley: "por Emiliano y por todos los niños que han sufrido abusos a manos de sacerdotes".
Los obispos responden: "Belarra es presa de un anticlericalismo rancio"
Los obispos españoles no han callado y han tachado de "gravemente injusta" la acusación de la nueva ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. Y justifican sus palabras desde el convencimiento de que la ministra es "presa de un anticlericalismo rancio".
"Es una acusación gravemente injusta que pretende ensuciar la actividad de millones de personas durante décadas y que no se corresponde en absoluto con la verdad", ha respondido la Conferencia Episcopal Española (CEE), este viernes, en una nota pública.
"El trabajo de miles de laicos, sacerdotes y religiosos con esfuerzo, capacitación, dedicación y responsabilidad no puede quedar empañado ni por las acciones de algunos de sus miembros que son indignos de ese trabajo ni por las apreciaciones de los políticos que, presas de un rancio anticlericalismo, utilizan a la Iglesia para la confrontación política en una estrategia de ruptura y confrontación", han añadido los obispos
Iglesias, al ataque: "Los que ensucian a la Iglesia son los curas violadores y los obispos que les protegen"
Y a Pablo Iglesias, que le gusta meterse en los charcos más que a un tonto un lápiz, ha metido baza en la polémica diciendo: "los que ensucian a la Iglesia son los curas violadores y los obispos que les han protegido. Brava ministra Ione Belarra", ha publicado en su cuenta personal de twitter.
Y la ministra Belarra se lo ha agradecido con otro tuit: "Gracias Pablo. Aunque sea incómoda es nuestra obligación decir la verdad y afrontar los problemas reales de nuestro país".