La Organización Mundial de la Salud calcula que hay alrededor de 200 millones de perros callejeros (abandonados) en el mundo.
Una cifra trágica a la que Holanda no contribuye.
Mientras en España lamentablemente ha aumentado el abandono de mascotas durante el confinamiento y la desescalada, Holanda puede presumir de ser el primer país del mundo sin perros abandonados.
¿Cómo lo han hecho?
En Holanda no hay perros abandonados en las calles, y aunque parezca un milagro (no debería parecerlo), es más sencillo de lo que parece.
La educación de sus ciudadanos y la conciencia ciudadana son valores básicos para eliminar el abandono de perros, pero también son imprescindibles unas leyes más duras que protejan de verdad a las mascotas.
La legislación holandesa
En Holanda, por ejemplo, la legislación contra el abandono y el maltrato animal es mucho más dura (justa en realidad) que en España, y las multas pueden superar los 16.000 euros y hasta tres años de cárcel.
Esterilización
Otro de las claves del abandono cero holandés es la esterilización de perros y gatos.
En Holanda se estableció un programa avanzado para castrar a perros y gatos (el 80% están castrados) y evitar así camadas indeseadas.
Por supuesto, todas las mascotas castradas cuentan con sus vacunas obligatorias y son examinados periódicamente.
Impuesto a la compra de perros y fomento de la adopción
Además, para aumentar el número de adopciones en refugios y protectoras, Holanda estableció un impuesto para la compra de un perro.
Querer es poder, pero el Gobierno de cada país puede y debe colaborar aplicando medidas útiles que conciencien a la sociedad.
Holanda es el ejemplo.