La tercera ola del coronavirus está siendo, sin duda alguna, la más brutal de toda la pandemia vivida desde el pasado mes de marzo en España, contabilizándose una incidencia de más de 800 casos por cada 100.000 habitantes en todo el país, y teniendo que lamentar cerca de 500 muertes diarias a causa del Covid-19.
Unas cifras que han provocado que muchas comunidades autónomas, superadas por la expansión del virus, hayan solicitado al Gobierno de España la revisión del Estado de Alarma, concediendo así más poder a los consejeros de Sanidad de cada comunidad para poder restringir la movilidad de sus ciudadanos.
En concreto, han sido País Vasco, Galicia, Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Baleares y Castilla y León las que han reclamado poder imponer nuevas medidas, como el toque de queda, que actualmente sólo puede ser establecido entre las 9 de la noche y las 7 de la mañana.
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Una petición que ha sido desestimada por Salvador Illa, que ha asegurado que el actual sistema de "cogobernanza, el liderazgo compartido, funciona".
"Necesitamos una reforma del decreto de alarma para adaptarlo a una verdadera cogobernanza [...] No podemos hacer más desde las competencias que tenemos asignadas" discrepaba el consejero de Salud andaluz.
Un corte de competencias a los consejeros de Salud que coincide la presentación formal de Salvador Illa como candidato a las elecciones catalanas por el PSC, y que provoca que el ministro de Sanidad haya abandonado por completo la lucha contra el virus, comenzando ya la cuenta atrás para su salida del cargo, dejando a los consejeros regionales al cargo de la pandemia, eso sí, sin suficientes medios.
Medios que no sólo se componen de marco político y jurídico para imponer nuevas restricciomes, sino también de las dosis de vacuna que las comunidades autónomas necesitan desesperadamente, y que desde el Gobierno se han repartido sin haber publcado un criterio que explique las abismales diferencias entre los envíos de vacunas de cada comunidad autónoma.
Una desigualdad que ha afectado gravemente a la Comunidad de Madrid, que ha paralizado la vacunación al no disponer de suficientes dosis de Pfizer. Sin embargo, la situación ha vuelto a ser salvada por un consejero de Sanidad; en concreto, el de Castila la Mancha, Jesús Fernández Sanz, que aseguraba este jueves que llamaría a su homólogo madrileño para ofrecerle las dosis de vacunas que neccesitase para proteger a loss profesionales sanitarios de primera línea.
Solidaridad entre comunidades autónomas ante la falta de compromiso y entendimiento con el Gobierno de España, ahora centrado en las elecciones catalanas.
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"Esto no es cogobernanza, esto es imposición de lasmedidas que quiere el Gobierno y prohibición de las que consideramos adecuadas" lamentaba ante el Diario de Sevilla un consejero de salud del PP.
Y es que la negativa del Gobierno ha sido rotunda esta semana. El ejecutivo socialista no llevará al Congreso la ampliación del estado de alarma, que daría cobertura legal a las medidas que quieren imponer las comunidades debido, presuntamente, al desgaste que esto podría provocar dentro del Ejecutivo y,más concretamente, a Salvador Illa como candidato del PSC.
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También se ha negado la posibilidad de buscar fórmulas legales que permitan a las comuniades ampliar el toque de queda o decretar confinamientos domiciliarios, así como la posibilidad de que la sanidad privada participara en la vacunación del Covid-19 de manera gratuita, como apoyo a los saturados centros hospitalarios públicos.
Negativas de Salvador Illa que dejan desamparados a los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas, quienes siguen trabajando a contrarreloj para frenar al virus, mientras el responsable de la cartera sanitaria, entre mitines del PSC, asegura ante los micrófonos que España se está "acercando" a la estabilización de la curva de la tercera ola de la pandemia de Covid-19.