Tras su gran actuación en el derbi catalán, Dembélé volvió a liarla en el vestuario culé llegando dos horas tarde al entrenamiento dominical del equipo.
Parecía que había entendido la lección, parecía que se había dado cuenta, por fin, de que para triunfar en el campo hay que ser un profesional fuera de él, pero no ha entendido nada.
Dembélé deambula por Can Barça sin horarios, a su puta bola, y las faltas de respeto con sus compañeros se están convirtiendo en habituales.
A Ousmane Dembélé se le han acabado las excusas, y a Ernesto Valverde la paciencia con el talentoso jugador francés.
Dembélé llegó dos horas tarde al entrenamiento dominical del Barça
El técnico vasco ya no sabe qué hacer con la constantes faltas de respeto de Dembélé con sus compañeros, y también sus compañeros se han hartado de tras su enésima falta de disciplina.
Messi, Piqué, Suárez y Busquets, los jefes del vestuario, se han reunido con Dembélé para mostrarle el camino a seguir, pero al atacante francés le entra por una oreja y le sale por la otra.
Algunos pesos pesados del vestuario incluso han hablado públicamente de la indisciplina de Dembélé para advertir al jugador, pero ni con esas.
Los jugadores del FC Barcelona se han hartado de hacerle de hermanita a Dembélé, y su futuro en Can Barça se presenta como una patata caliente que Valverde deberá gestionar de la manera menos dañina posible para que el vestuario no se convierta en un caos.