Encontró al perro atado en un almacen de una finca. Estaba tan sucio y delgado que era penoso.
Le dijo al propietario que quería llevarse al perro y él le contestó que no, que amaba a su perro.
Se enfadaron y decidió llevárselo. Lo llevó al veterinario, pesaba12 kilos. Lo acomodó en una parte aislada del refugio para que no se asustara, empezó a comer y a tranquilizarse.
Se recuperó, ahora pesa 50 kilos y es feliz. Está intentando encontrarle un hogar donde que sea querido y mimado. Se lo merece.