La paciencia de Koeman está al límite de su capacidad respecto a Antoine Griezmann. El técnico holandés está muy desengañado con su rendimiento, pero todavía más con su actitud. Y lo que vio en Cornellà en la Copa del Rey no le gustó nada.
Ronald Koeman estaba ayer muy enfadado, y eso que el Barça no corrió en Cornellà la misma suerte que el Real Madrid en Alcoy y sigue vivo en la Copa del Rey. Después de una primera parte horrosa ante un rival de Segunda B, Koeman, visiblemente alterado, tuvo que recordar a sus jugadores en el descanso que no podían caer en el mismo ridículo que el Real Madrid en Alcoy. Y que llevaba dos días recordándoles que había que afrontar el partido con intensidad, como si fuera la final de la Champions League.
Koeman no ve compromiso en Griezmann
La bronca dio resultado positivo y en la segunda parte el juego barcelonista mejoró, aunque no lo suficiente como para impedir que el Cornellà forzara la prórroga. Y Koeman, al término del partido, estaba indignado. Esta vez no dio pistas sobre hacia dónde se dirigía su cabreo, pero se le entendía todo.
El último patinazo de Griezmann hace estallar al entorno de Messi
El receptor era Antoine Griezmann. Además de fallar hasta tres ocasiones claras de gol que desesperaron a su entrenador, el jugador francés no mostró sobre el césped el compromiso que puede esperarse de un campeón del mundo. Y seguramente por eso, y por el césped artificial, Griezmann no aprovechó que no estaba Messi para mostrar sus señas de identidad en un partido en el que él era el jugador franquicia del equipo.
Griezmann se borró en los penaltis
El mosqueo se lo llevó Koeman cuando el árbitro señaló dos penaltis a favor del Barça y Griezmann se borró en los dos. Eso le sacó de sus casillas. Koeman esperaba que, en un equipo plagado de suplentes y chavales de la cantera, el campeón del mundo asumiría su rol en el equipo y tomaría la responsabilidad de lanzar los penaltis.
En El Chiringuito sueltan la primera bomba de humo del 2021: "Griezmann por Mbappé"
Pero Griezmann no quiso saber nada y prefirió huir de las responsabilidades que se pueden esperar de un futbolista que ha costado 135 millones de euros y que cobra 21 millones netos al año.
Lo de Koeman con Griezmann no es nuevo. Ya le ha lanzado más de un aviso en público, pero el francés no reacciona y prefiere vivir acomodado en la teoría de que Messi lo acapara todo y que no hay sitio para él en este Barça. "Hemos pasado la eliminatoria, pero no podemos estar contentos porque hemos dejado goles, hemos fallado dos penaltis y hay que tener más responsabilidad en este tipo de partidos. Hemos tenido ocasiones. No puede ser que un equipo como el Barcelona falle tanto. Esto no es serio. De verdad que no sé por qué hemos errado tantos penaltis. No puede ser", dijo muy molesto al término del partido.
Koeman valora sentarle en el banquillo
El mensaje iba dirigido directamente a Griezmann, a quien recientemente, en la visita del Sevilla al Camp Nou también le lanzó una andanada, esta vez citando su nombre: "En las dos oportunidades que ha tenido Griezmann, debería haber marcado al menos un gol por la calidad que tiene".
Koeman no duda de la calidad de Griezmann, pero sí duda, y cada vez más, de su compromiso con el proyecto del Barça. Teniendo en cuenta la poca gracia que le hace a Messi tener a Griezmann a su lado, que nadie se extrañe que el entrenador opte por liberarle de ese calvario para colocar en el lugar del francés a alguien que muestre más compromiso y se atreva a lanzar los penaltis si no está Messi en el campo.
El técnico holandés le da vueltas a la posibilidad de prescindir de Griezmann en los próximos partidos con la esperanza de que reaccione.