Fran Rivera ha comentado este miércoles en Espejo Público el asunto del robo en Cantora que destapó Sálvame hace unos días. El torero, hijastro de Isabel Pantoja, ha puesto en tela de juicio la historia y ha dejado claro que no se cree nada de la tonadillera, a la que ha acusado de quedarse con los objetos de valor sentimental de su padre para dejar que se pudran en una cuadra “comidos por los ratones”.
“He visto objetos de mi padre que me han ofrecido y que se llevan vendiendo desde hace años. Y no son ladrones. En Cantora se denunció un robo hace muchísimos años cuando el juez obligó a Isabel Pantoja a darnos las pertenencias de Cayetano y mías. Se hicieron tres lotes, uno por hermano (Kiko, Cayetano y yo), y esa señora declaró un robo. Qué casualidad que robaron los lotes de Cayetano y mío. Había cosas que tenían valor económico, pero sí un valor sentimental que no tenía precio”, afirma.
“No me creo nada de Isabel Pantoja”
“Yo no me lo creo, no me creo nada de Isabel Pantoja. No sé si habrán robado o no, o si hay una denuncia. Pero yo no me creo nada de Isabel Pantoja”, ha espetado Fran Rivera, que ha desvelado las tretas de la cantante para no devolver los objetos de valor sentimental de su padre: “Me llamó el mayoral de Cantora desde que yo era niño para decirme que estaba muy triste porque las cosas de valor sentimental (las de valor económico sé que Isabel Pantoja las tiene a buen recaudo) las tenía totalmente abandonadas en un cuarto, en la cuadra, comidas por los ratones. Y que esta señora le dijo ‘antes de que lo cojan esos niños lo quemo’”.
Esta historia es secundada por Kiko Rivera, según ha desvelado el torero: “Me juego los dos brazos a que es verdad. Mi hermano también me lo ha admitido. Me ha dicho, tal cual, que por él lo tendríamos hace años pero su madre no quiere. Kiko es un fenómeno, nos adora y no le voy a pedir que empiece una pelea con su madre ni mucho menos. Entiendo que respete a su madre”.
Finalmente, Fran Rivera ha recordado cómo fue su infancia en relación con la tonadillera: “La relación no era buena. Cuando estaba mi padre delante era de una forma y cuando no era de otra. Cambiaba radical. Con él era maravillosa, y cuando no esa mujer maravillosa cambiaba radicalmente. Me da pena no tener ningún recuerdo de mi padre”, ha finalizado el torero.