La madre de Antonio David Barroso Díaz, el menor de 15 años que desapareció el domingo de su casa de Morón de la Frontera (Sevilla), ha cambiado su versión sobre lo ocurrido con su hijo, que sigue en paradero desconocido.
Todo empezó el domingo, día 12 de septiembre. Macarena Díaz cogió a su hijo Antonio David, que padece síndrome de West y necesita silla de ruedas, y le montó en el coche. A las 7 de la tarde pararon en el hotel Perales de Talavera de la Reina (Toledo).
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El recepcionista ha explicado a las autoridades policiales que ambos se fueron a la mañana siguiente antes de que la recepción se abriese. El empleado solo pudo ver que el niño iba en su silla de ruedas, tapado con unas mantas y que se fueron dirección Madrid.
Horas más tarde, el personal de una gasolinera de Carabias, en Segovia, avisó a una patrulla de la Guardia Civil porque la madre, que según Nius padece un trastorno bipolar y esquizofrenia, se encontraba muy alterada.
Desde que la encontraron, la mujer se encuentra en un brote psicótico del que no remite. Llevaba varios días sin tomar la medicación y ha explicado a los agentes que mató a su hijo y lo arrojó a uno de los contenedores en Madrid, según ABC.
Para corroborar su historia, los agentes llamaron a Míriam, otra hija de Macarena Díaz. Lo primero que hizo la joven de 18 años era preguntar por su hermano, al que no encontraban en Morón de la Frontera.
La madre cambia de versión
Por lo que ha dicho a los agentes, el cuerpo sin vida del niño estaría entre el centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos, y el municipio de Móstoles. Sin embargo, los investigadores dudan de su versión por las incongruencias que presenta su relato.
Ahora, Macarena, que está internada en la unidad de psiquiatría de un hospital de Segovia, ha confesado a los profesionales sanitarios que su hijo llevaba varios días muerto y que lo sacó de la casa fingiendo que seguía vivo. Su objetivo era llegar a Galicia.