Adoptaron al gatito cuando tenía 5 semanas y rápidamente se adaptó a los perros. Solían ir en bote con sus perros y se lo llevaron. Cayó al agua y sorprendentemente se puso a nadar, casi mejor que los perros. Lo sacaron del agua y se sacudió igual que hacían los perros.
Lo llevaron a la playa y jugaba con todos los perros, se metía en el agua y jugaba con las olas. Hacía lo mismo que ellos, hacia agujeros en la arena y los perseguia.
En casa, le gusta beber del cuenco de los perros y no se separa de ellos. Se llama Merlin y ya forma parte de su familia perruna y humana.