El pleno del Parlamento Europeo decidirá este lunes su dictamen sobre el suplicatorio del Tribunal Supremo para cancelar la inmunidad que el cargo de eurodiputado otorga al expresident fugado Carles Puigdemont, así como a Clara Ponsatí y Toni Comín.
Un suplicatorio que desde la Justicia española esperan que sea aprobado, lo cual activaría de forma inmediata la euroorden que pesa contra el líder de JxCat por los delitos cometidos durante el procés independentista de 2017.
A la espera de este dictamen, el juez Pablo Llarena, responsable del juicio del procés, quiere trasladar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (JSUE) una cuestión prejudicial que obligue a la Justicia belga a entregar a Puigdemont a la Justicia española.
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Una petición que ha sido contestada por el equipo jurídico del ex president, que ha enviado, a su vez y tal y como ha señalado Voxpópuli, un escrito de 200 páginas al magistrado español, opiniéndose a que el tribunal europeo dirima las euroórdenes, y añadiendo alegaciones en contra de la petición de Llarena que incluyen al precedente sentado por Lluís Puig.
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El pasado mes de enero, la Justicia belga decidía no entregar a España al exconseller Lluis Puig, acusado en España de un presunto delito de malversación de fondos públicos en la causa del 'procés' independentista.
Una decisión ante la que la Fiscalía General del Estado confirmaba que renunciaba a recurrir ante el tribunal de Apelación de Bruselas: "La Fiscalía confirma que no recurrirá el fallo del Tribunal de Apelación. La sentencia sobre la no extradición de Lluis Puig ya es firme" informaba uno de los abogados del secesionista, Simon Bekaert.
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Sentencia firme que se convertía en una gran noticia para Carles Puigdemont, que celebraba la "victoria" en sus redes sociales: "Game Over. El Supremo no era, no es, ni será competente para perseguirnos" escribía en Twitter.
Ahora, el expresident espera repetir este 'Game Over' judicial, utilizando la jurisprudencia del caso Puig para su propio beneficio, consiguiendo que, a pesar de que le sea levantada la inmunidad diplomática, pueda seguir viajando libremente por Europa, y dirigiendo a los nuevos líderes secesionistas desde su guarida segura en Waterloo.