Raúl, muy enfadado y su frase al vestuario del filial del Real Madrid aún se recuerda

Raúl González vive su temporada más desafiante al frente del Real Madrid Castilla. Este año, los problemas se han acumulado, llevándolo al límite. Su fortaleza, sin embargo, sigue siendo la rebeldía competitiva que lo caracterizó como jugador y ahora como entrenador.

El técnico afronta retos constantes. Desde preparar partidos "a ciegas" debido a la presencia de jugadores con el primer equipo. Hasta manejar una plaga de bajas y la fuga de talentos. Los obstáculos no cesan, pero Raúl se niega a rendirse.

Hace unos días, tras vencer al Recreativo, dejó entrever las dificultades de su día a día.  “A algunos jugadores no los veía desde hace tres días”.  Sin embargo, lejos de quejarse, el entrenador mostró una realidad compleja.

El Castilla  ha llegado a jugar con el riesgo de cometer alineación indebida. La falta de jugadores con ficha del filial ha llevado a medidas extremas. Incluso se planteó usar porteros como jugadores de campo. Mario de Luis, por ejemplo, estuvo preparado en los últimos partidos por si era necesario.

El club sugirió aplazar algún partido, pero Raúl lo rechazó. Su respuesta fue clara:  “Tiramos con lo que tenemos”. Esa actitud refleja su espíritu combativo.

La gestión de recursos es otro desafío

Los planes cambian constantemente. Jugadores como Hugo de Llanos alternan entre entrenar con Ancelotti, jugar con el Castilla, o estar en el Juvenil A. Otros, como Cristian David o Yáñez, también rotan entre equipos.

Además, la fuga de talentos es un golpe recurrente. Cada temporada, el filial pierde piezas clave. Este verano,  salieron 13 jugadores, obligando a una reconstrucción total. A pesar de esto, Raúl ha mantenido altas sus exigencias.

Los resultados no han sido los esperados, y el técnico ha alzado la voz en varias ocasiones. Tras la derrota en Alcorcón, llegó a anunciar un castigo que finalmente no se cumplió.

En octubre, la noticia de que Raúl no seguirá en el Castilla la próxima temporada desató tensiones. Aunque intentó minimizar el impacto,  la incertidumbre afectó el ambiente en Valdebebas.

A pesar de todo, Raúl siempre defiende a sus chicos. Ha dado la cara por ellos, priorizando los intereses del club. Aunque su temperamento puede ser fuerte, su compromiso es incuestionable.

Este año, Raúl demuestra que, incluso bajo presión, su liderazgo sigue siendo un pilar del Real Madrid Castilla.