
La doble vara de medir de Juanma Castaño entre Vinicius y Lamine Yamal
El periodista de 'Tiempo de Juego' no trata igual el comportamiento de uno y otro jugador
El equipo de Hansi Flick llega lanzado al tramo final de la temporada. Líder en LaLiga, ganador de la Copa y semifinalista de la Champions, quién lo diría al principio de año. El equipo culé, al margen del juego, le sale todo de cara, incluido ese punto de suerte necesaria. Además, algunos jugadores han elevado su nivel mucho más de lo esperado, como Pedri, Raphinha y especialmente, Lamine Yamal.
El joven internacional español está siendo el líder del equipo culé a sus 17 años. Su calidad y desequilibrio, son indiscutibles. Pero a su corta edad ya comienza a tener gestos que a otros no se les dejan pasar por alto. Mientras a otros se les afea ciertos comportamientos, al jugador del Barça se le perdonan. Un ejemplo de ello es la distinta vara de medir de Juanma Castaño entre Yamal y Vinicius.

Una peligrosa doble vara de medir
Ambos jugadores tienen un perfil bastante parecido. El brasileño y el español juegan en posiciones parecidas y viven del regate y el desequilibrio. Sobre el campo son auténticas figuras mundiales, pero sus comportamientos no son tratados por igual.
Al delantero del Real Madrid, los medios llevan tiempo criticándole muchos de sus comportamientos. Tanto dentro como fuera del terreno de juego, se le ataca con dureza. Así Juanma Castaño, de ‘Tiempo de Juego’ decía esto de Vinicius hace dos meses. “Yo voy a decir una cosa. Vinicius no tiene solución. No tiene solución. Es muy buen futbolista. Que está muy bien, que seguro que desde la grada le dicen cosas feas. Pero tú estás en otro papel. No eres igual que los aficionados que están en la grada. Si hay un gilipo… en la grada, no puede convertirse en gilipo… el que está en el campo”.

Sin embargo, a la hora de hablar del comportamiento del jugador del Barcelona, el trato es bastante distinto. “Yo estaría tranquilo. Son cosas generacionales; absolutamente generacional. Tienen otra forma de comunicarse entre ellos, otro humor, otra música, otra ropa… Da igual. Es un chico, de verdad, fantástico. Tiene la cabeza bien puesta, seguro. En algún momento le veremos algún deje de estrella: llegará al aeropuerto con gafas de sol, con la mochila… Forma parte de ese mundo. Pero yo tengo fe. Tiene 17 años y ha jugado 100 partidos con el Barça”.
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