
El Benfica se la ha jugado a Florentino Pérez, pero el Madrid tiene la última palabra
Álvaro Carreras no llega para el Mundial de Clubes por la extraña negociación llevada a cabo por el Benfica
El Real Madrid ha intentado pisar el acelerador para dar el mejor equipo posible a Xabi Alonso. El técnico tolosarra ya ha cogido hoy las riendas del equipo en Valdebebas para preparar el Mundial de Clubes. Pero a pesar de los esfuerzos de Florentino Pérez el Benfica ha frustrado parte de los planes blancos.
El Real Madrid lleva varias semanas intentando el fichaje del lateral español, Álvaro Carreras. El objetivo era llegar a un acuerdo con el Benfica para poder inscribirlo ya en el Mundial de Clubes. Sin embargo, las negociaciones con el club portugués no han llegado a buen término y ya ha sido inscrito con la ‘Águilas’ para el Mundial. Lo que imposibilita que juegue también con el Real Madrid.

El Benfica se la juega a Florentino
Esta maniobra del Benfica anula cualquier posibilidad de que llegue a jugar con el Real Madrid el Mundial de Clubes. No si quiera en la segunda ventana, ya que no se permiten inscribir jugadores que ya hayan jugado la competición. En este sentido, el Benfica le ha jugado una mala pasada al Real Madrid.
El Real Madrid según la cuenta ‘SrNaninho’ ofreció pagar 52 millones en dos plazos, 2 por encima de la cláusula del jugador. Pero los lusos rompieron el acuerdo. Entonces el club blanco comunicó la intención de pagar la cláusula ahora, para que jugase en Mundial. Con la idea de forzar el acuerdo. Pero los portugueses lo inscribieron antes, dejando todo anulado. Florentino no iba a pagar la cláusula para que el futbolista jugase el Mundial con el Benfica ante el riesgo de lesión.

Pero el club no va a rendirse, y aunque los planes eran para el Mundial, ficharán a Carreras tras el mismo. El todavía jugador del Benfica será jugador blanco el próximo 1 de julio, previo pago de la cláusula. Detrás de esta extraña forma de negociar del Benfica están las luchas internas de poder en el club luso. Y también la necesidad de cuadrar las cuentas para que el traspaso compute en el próximo ejercicio.
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