El Rey Felipe VI ha superado con éxito la prueba de prestigiar con su presencia el 70 aniversario de Seat en Martorell en un ambiente hostil, ninguneado por las autoridades catalanas y haciendo frente a una movilización popular contra él que no ha conseguido su objetivo.
El Rey de España ha acudido a Martorell para mostrar su apoyo y el de la nación al Consorcio formado por el Gobierno con el Grupo Volkswagen e Iberdrola con el fin de crear la primera planta de baterías para coches eléctricos, mientras la Generalitat le daba la espalda a la iniciativa que generá riqueza en Cataluña y España.
"Cataluña, una tierra emprendedora"
Felipe VI, que ha pronunciado parte de su discurso en catalán, ha mostrado el apoyo de España a la iniciativa empresarial que tendrá lugar en Martorell, junto a Pedro Sánchez y la ministra de Industria Reyes Maroto, que le han acompañado en su viaje a Barcelona, con la única presencia de Teresa Cunillera, delegada del Gobierno en Cataluña, como única autoridad local.
El monarca se ha referido a Cataluña como "una tierra que representa el espíritu global, audaz y emprendedor que tiene que identificarnos con los tiempos de cambio en le mundo que viviremos". Y ha añadido: "Todos somos conscientes de que la apuesta irreversible de España en favor del desarrollo del vehículo eléctrico no estaría completa sin un apoyo público explícito en el ámbito de las baterías".
Y ha confirmado que en la transición ecológica el vehículo eléctrico debe desempeñar un papel central en el que "España quiere ser pionera y garantizarse la posición de liderazgo".
Entusiasmado con la iniciativa, Felipe VI ha dicho: "El proyecto de localización de la producción del vehículo eléctrico de pequeño tamaño de todo el Grupo Volkswagen en España es, sin duda alguna, una magnífica noticia, y un ejemplo de cómo aplicar dichos fondos a proyectos de gran envergadura que afecten de manera transversal a nuestras capacidades industriales".
Y ha advertido que serán necesarias grandes dosis de liderazgo y compromiso para garantizar que la contribución de España a la automoción esté en el lugar que se merece porque "la competencia será muy dura. Y no habrá tiempo para desandar lo que no avancemos ahora, ni para recuperar el camino que dejemos sin recorrer, porque otros lo habrán hecho por nosotros".
"Apoyo absoluto"
Y ha ofrecido el respaldo absoluto al proyecto porque las instituciones españolas "van a estar ahí. Nuestro apoyo es y será absoluto. Todos los presentes en este acto compartimos la misma meta: que el coche del futuro, el de dentro de veinte años, también esté fabricado aquí, en Martorell, y en otros puntos de España".
Queda por saber si los ausentes en el acto comparten el mismo interés por el progreso de la economía catalana en beneficio de la totalidad del estado español.