Jim Jones y Adolfo Constanzo fueron los propulsores de varios suicidios colectivos y asesinatos que se realizaron a finales de los 70 y principios de los 80 en Estados Unidos.
Jones era un pastor de una iglesia metodista en Indianápolis. Pero fue a partir de 1970 cuando decidió crear una secta a la que llamó 'Templo del pueblo' para reunir a personas independientemente de su raza o nacionalidad.
Con el paso del tiempo consiguió una cifra de 1000 adeptos, con los cuales se trasladó hasta Guayana y allí fundaron la aldea Jonestown.
La clave de la misma era el aislamiento obligatorio de los asistentes, mientras que en su interior se sucedían una serie de abusos sexuales y palizas.
Uno de los mensajes que este transmitía a sus fieles en todo momento era el del fin del mundo, con la idea de que el Apocalipsis iba a ser un evento cercano.
En el año 1978 el congresista estadounidense Leo J. Ryan acudió hasta Jonestown con varios periodistas para ver si las especulaciones de violaciones y maltrato eran ciertas, aunque su creador intentó disfrazar la situación y hacer ver que este era un sitio en el que la cordialidad reinaba.
Pero fue cuando uno de sus seguidores mostró interés en marcharse de la secta y volver en el helicóptero de Ryan cuando esta buena sintonía se tornó hasta tal punto que sus compañeros atacaron al congresista y dispararon al vehículo.
Al siguiente día, Jim Jones se agrupó con los fieles y les hizo saber que los acontecimientos que habían sucedido marcarían el fin de la secta, por lo que ordenó el suicidio colectivo de todos ellos.
Y nada más escuchar estas palabras, los participantes accedieron a envenenarse con cianuro mientras que el cabecilla recibió un disparo en la cabeza y terminó muriendo.
Por su parte, Adolfo Constanzo también fue monaguillo y desempeñó durante un tiempo su labor de tarotista gracias a su madre.
Pero fue tras regresar a México, después de estar durante un corto periodo en Miami, cuando el mismo creó un culto en el que aglutinó a varias personalidades dentro del mundo de la música y el narcotráfico.
Las ceremonias se realizaban en su casa, donde se vendía droga, se secuestraba y asesinaba.
Y fue tras la desaparición de un joven americano en los años 80 cuando la policía comenzó a investigar el caso y dio con el culto llamado 'Matamoros'.
A partir de este momento los agentes empezaron a atar cabos y descubrieron que el culto estaba detrás de la muerte del estadounidense, por lo que fue arrestando a sus adeptos hasta dar con el cabecilla.
Pero horrorizado por la idea de entrar en prisión, Adofo Constanzo les dio la orden a sus seguidores de que le dispararan, por lo que los agentes cuando lo encontraron ya estaba muerto.