“Fede Valverde siempre en mi equipo”. Es lo que José Mourinho comentó a sus allegados tras la polémica jugada del pasado domingo en la final de la Supercopa de Españ, tal y como ha podido corroborar DonDiario en conversación con una persona cercana al técnico portugués.
El entrenador del Tottenham sigue al equipo blanco y considera que el centrocampista uruguayo del Real Madrid es la gran revelación de los de Zidane. Y no tiene dudas, aplaude la decisión que tomó al derribar a Álvaro Morata cuando encaraba la portería en el minuto 114, con la prórroga agonizando y sin tiempo de reacción. Mourinho cree que su acción fue absolutamente necesaria, no admite ninguna otra interpretación en su opinión, y se carcajea de los que hablan de fair play: “Cualquiera hubiera hecho lo mismo, quien dice que no es hipócrita”.
“Señorío es morir en el campo”
DonDiario ha podido hablar con el entorno más cercano de Mourinho y desde éste confiesan que Mourinho siempre está por jugadores como Fede Valverde, capaces de sacrificarse por el bien colectivo. Es lo que hizo el uruguayo, que sabía que iba a ser expulsado por su acción. Pero no se lo pensó dos veces, había un título en juego y ganar está en su ADN como en el del Real Madrid. La única posibilidad era cometer una falta táctica. Un agarrón era imposible, de ahí la patada.
Más allá de cuestiones morales, Mourinho ha recordado estos últimos días la mítica frase que él mismo pronunció durante su etapa en el Real Madrid: “Señorío es morir en el campo”. Y eso es lo que hizo Fede, un jugador que si estuviera en el mercado sería el número uno en la lista de fichajes del técnico portugués para su Tottenham. Por desgracia para él, es más blanco que la nieve y el Real Madrid ya no puede imaginarse un Madrid sin su Pajarito.
La falta que cometió Valverde, a pesar de que está dentro del reglamento y de que fue castigada dentro de la legalidad, ha generado un debate mediático y público que resulta sorprendente. Desde el madridismo se aplaude, salvo excepciones, que el uruguayo decidiera evitar una ocasión clara de gol cometiendo falta y el antimadridismo, por su parte, pone el grito en el cielo también salvo excepciones como la de Simeone. Son los mismos que se tapan los ojos y se ponen un puntito en la boca cuando el reglamento (o los árbitros) les benefician. “Hipócritas”, opina Mourinho. Que cada uno juzgue por sí mismo.