Quim Torra decidió, ante su inminente inhabilitación, promover unas nuevas elecciones en Cataluña.
Pero, debido a que aún no se ha cerrado fecha para esta cita con las urnas catalanas, el de JxCat mantiene su reunión con el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, el 6 de febrero.
Y lo hará manteniendo la línea activista que ha marcado hasta ahora toda su política: el independentismo cueste lo que cueste.
Las líneas de negociación con Sánchez
Quim Torra quiere convertir la reunión en un acto de reivindicación independentista, siguiendo las lineas electorales de su partido.
Así pues, el president insistirá a Pedro Sánchez en la necesidad de celebrar un referéndum, con el beneplácito del Ejecutivo nacional, consiguiendo así una considerable ventaja para las elecciones catalanas. (La teoría de la conspiración indepe sobre el coronavirus es lo último que faltaba por ver: ¡¡Ven fantasmas por todos lados!!)
También pretende introducir al socialista la idea de promover la amnistía para los líderes independentistas encarcelados.
Por tanto, una reunón entre "iguales", a pesar de estar inhabilitado, y buscando siempre el "derecho de autodeterminación" y el fin de la "represión y la amnistía", forzando a Sánchez a posicionarse definitivamene a favor o en contra del movimiento separatista catalán que le ha propiciado la Moncloa.