Esto es La Crida, el invento de Puigdemont: ¡Desobediencia y crispación!

El ex presidente fugado, Carles Puigdemont, llama a agitar la calle y a desobedecer a España 

20 de Noviembre de 2018
Esto es La Crida, el invento de Puigdemont: ¡Desobediencia y crispación!
Esto es La Crida, el invento de Puigdemont: ¡Desobediencia y crispación!

Puigdemont está decidido a convertirse en el ‘caudillo’ del independentismo, y su estrategia no es otra que animar a los separatistas a apretar y a ocupar las calles.

Una ponencia del nuevo partido que impulsa Puigdemont, La Crida per la República, a la que ha tenido acceso El Confidencial, así lo demuestra.

Puigdemont apuesta por a desobediencia a las leyes

Los documentos internos de la Crida Nacional per la República, que el próximo 19 de enero se convertirá en un nuevo partido político separatista, desvelan que Puigdemont apuesta por la utilización política de las grandes manifestaciones, un mayor control de las instituciones autonómicas y estatales, y la desobediencia a las leyes y a las sentencias judiciales.

“Queremos que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república como expresión moderna y de raíz democrática”, reza el documento de La Crida

“Nos definimos como movimiento crítico soberanista de amplio espectro y transversal, con voluntad de ser una herramienta de acción política que pueda también participar en las citas electorales”, prosigue la ponencia del futuro partido separatista.

"Nuestro compromiso de disolución una vez instaurada la república es inamovible”

“Nuestra razón de ser, como movimiento organizado, finaliza con la conquista de la república catalana. Nuestro compromiso de disolución una vez instaurada la república es inamovible”, reza el documento.

El documento también hace referencia a los golpistas encarcelados, e intenta justificar sus ilegalidades: “La desobediencia de los representantes políticos puede acabar siendo una acción necesaria ante la injusticia de la acción de los poderes del Estado en su negativa a aceptar una solución democrática a la demanda de autodeterminación”. 

Pero van todavía más allá y justifican también la desobediencia como “un instrumento personal legítimo puesto al servicio de la acción colectiva”.