Encontraron a Zeus sin fuerzas para moverse. Había sido vilmente encerrado en una habitación.
Tenía la piel completamente cubierta de costras y mucho miedo cuando lo rescataron.
Tras largas sesiones curativas en el veterinario y mucho sufrimiento, poco a poco, Zeus consiguió recuperarse y salvar la vida.
Le costó volver a llevar una vida normal. El miedo le paralizaba. Tenía secuelas del maltrato que había sufrido.
Pero con mucho amor y un poco de paciencia Zeus se convirtió en un perro feliz con una historia de superación que contar.