La famotidina podría ser útil para acabar con los efectos del coronavirus. Un estudio publicado por la revista Gut señaló que el fármaco obtuvo buenos resultados sobre una decena de pacientes no hospitalizados por COVID-19, aliviando los síntomas asociados a la enfermedad, según informa CNN.
La famotidina es un medicamento barato y seguro. Su función es la reducción de la cantidad de ácido estomacal producido para aliviar los síntomas de la indigestión. Se suele pautar una dosis de entre 20 y 160 miligramos hasta cuatro veces al día.
Seis hombres y cuatro mujeres entre los 23 y los 71 años y con una amplia gama de antecedentes étnicos y factores de riesgos para la COVID-19 fueron los escogidos para el estudio. Los investigados comenzaron a usar el fármaco nada más tener molestias.
Los pacientes tomaron 80 miligramos de famotidina tres veces al día y durante un periodo medio de 11 días (5 el más bajo y 21 el más alto). Los síntomas asociados al coronavirus mejoraron 24 y 48 horas después de la primera ingesta y desaparecieron completamente a las dos semanas. Los problemas respiratorios tuvieron una evolución positiva más rápida que los sistémicos, como la fatiga.
Siete de los enfermos no sufrieron efectos secundarios. Los otros tres tuvieron de manera leve. Todos ellos se asociaban directamente a la toma regular de Famotidina (mareos y problemas gastrointestinales), a excepción del olvido temporal.
Más estudios
Aunque los primeros resultados han sido buenos, aún hace falta un estudio más profundo. Los investigadores subrayan que las mejorías vislumbradas podrían ser consecuencia del efecto placebo por lo que es necesario realizar un ensayo doble ciego: los pacientes enfermos con coronavirus serán elegidos de manera aleatoria para tomar Famotidina o un placebo, y ni los pacientes ni los médicos sabrán quién está tomando cada cosa.
"Nuestra serie de casos sugiere, pero no establece, un beneficio del tratamiento con famotidina en pacientes ambulatorios con COVID-19", ha señalado el informe elaborado por médicos del Laboratorio Northwell y Cold Spring Harbor en Nueva York y otras universidades.
“Clínicamente, compartimos sin reservas la opinión de que se requieren estudios bien diseñados e informativos de eficacia para evaluar los medicamentos candidatos para COVID-19 como para otras enfermedades”, han recogido en el informe.