En el mundo del fútbol hay mucha superstición. En este caso, respondiendo a la pregunta, desconocemos si lo hace como un amuleto de la suerte o bien lo hace como un acto rutinario. Uno de los cracks del Real Madrid siempre es el último.
Se trata de un futbolista que lleva ocho temporadas en el club y que siempre ha recurrido a esta práctica. Habría que preguntarle el motivo, ya que cuando lo vemos abajo, respira una tranquilidad pasmosa. El jugador parece no tener prisa, anda muy relajado pensando en sus cosas, concentrado de cara al partido.
Es un ritual que tiene en cada desplazamiento que hace con el club. En el verde, controla la maquinaria del medio campo y en el autobús es el guardián para que no quede nadie dentro.
Con un rostro serio, y normalmente con los auriculares escuchando música, se evade de cualquier preocupación. No es de los que se queda dormido, ya que siempre es el último y además, el trayecto del autobús suele ser relativamente corto: del hotel de concentración al estadio.
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