El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez es lo más parecido que se recuerda a la escena del camarote de los Hermanos Marx. Un lío tras otro. No se ha resuelto uno cuando aparece otro sobre la mesa. Denuncias, protestas de ciudadanos, la guardia civil que sale respondona y la justicia dispuesta a hacer justicia.
Illa no pretendía ser un ministro estrella
Demasiado frentes abiertos. Tantos, que uno de los ministros importantes Salvadot Illa, el titular de Sanidad, está firmemente decidido a dejarlo. Su nombramiento era un premio a su gestión como mediador entre el separatismo catalán y el Estado dentro de su ámbito de influencia en el PSC. (Illa y Simón, pringados hasta las cejas: Sí al 8M y no a a un congreso evangélico con 8.000 personas)
Nadie podía imaginar que el ministro de Sanidad se convertiría en el político estrella del paisaje político español. Nadie podía imaginar una pandemia como la que nos azota. Y el Gobierno menos que nadie.
La cuestión es que a Salvador Illa le sabe a cuerno quemado tanto protagonismo. No se encuentra a gusto bajo los focos y mucho menos en su papel de muñeco de pim/pam/pum en el fuego cruzado que libra el Gobierno con la oposición.
Más poder y protgonismo que nadie
Sin comerlo ni beberlo, Illa se ha convertido en el ministro más popular de los últimos años. Nadie ha acaparado nunca tanta cámara como él. Y nadie ha acumulado tanto poder como él gracias a las competencias reunidas en su persona por el decreto del estado de alarma. Y él no se ha sentido nunca cómodo con tanto protagonismo. (Con la que tiene encima, y el ministro Salvador Illa pierde el tiempo en cosas como ésta. ¡¡Indignante!!)
Illa llegó al gobierno con experiencia cero en la gestión de la Sanidad. Y llegó porque el PSC tenía que estar representado en el Gobierno de España de alguna manera. Salió su nombre por los contactos ya establecidos con él en su faceta de integrante de la mesa de diálogo con las fuerzas separatistas catalanas.
Illa ha presentado su renuncia varias veces
Pero el tema del coronavirus le ha superado y ,tal y como informa El Confidencial Digital, Illa le habría presentado ya varias veces su renuncia a Pedro Sánchez porque está "abrasado y completamente desbordado". Y no han sido una ni dos las veces que ha presentado su renuncia a Sánchez sin que éste se la aceptara.
Illa pretendía liberar al presidente de presión y dejarle las manos libres para decidir lo que creyera más oportuno sabiendo que su marcha del Gobierno no constituiría para él una mala noticia. Pero Sánchez e Iceta jamás han aceptado su renuncia.
Sánchez valora especialmente la fidelidad de Illa, que ha sido capaz de asumir decisiones con las que no comulgaba anteponiendo el interés del Gobierno al suyo propio. Pero Sánchez entiende que una salida del Gobierno redundaría en su contra y sería interpretada por la población como un acto de cobardía. (El último chanchullo de Sanidad a través de Ingesa: ¡¡Salvador Illa 'pillado' y contra las cuerdas!!)