"Aquí ya no está Cristiano, ahora hay que defender".
Este ha sido el mantra que ha sostenido Zinedine Zidane durante toda la Liga, metiendo el lema en la cabeza de los jugadores.
Pocas palabras, pero un mensaje claro: el Real Madrid ya no contaba con los 50 goles del portugués, ni podía contar con Asensio, lesionado, y con Gareth Bale con la cabeza en la Ryder Cup. (La gran clave (secreta) que animó a Florentino a decir que Mbappé está atado para 2021)
Algo que el entrenador francés supo ver a comienzos de la Liga, reaccionando a tiempo para que los blancos se hicieran con el 34º título de campeones de Liga.
Y es que, sabiendo que el Real Madrid había dejado de ser ese equipo con más de cien tantos por competición, debía reinventarse, y convertirse en el equipo con la defensa más férrea posible ante sus adversarios en el campo.
Una insuperable defensa, el éxito del Real Madrid
El punto de inflexión para la estrategia blanca llegaba con el derbi madrileño de pretemporada: un partido en el que el Atlético marcaba, ni más ni menos que siete goles al Real Madrid.
Todo un batacazo que demostraba a Zidane que había llegado la hora de establecer una nueva estrategia dentro del campo, en la que, a falta de goleadores como Cristiano Ronaldo que aseguraran la victoria, era necesario 'blindarse' en propio campo. (Lo que dijo Florentino Pérez en la intimidad sobre Modric al verle alzar otro título con el Madrid)
Dicho y hecho: el equipo formado alrededor de Courtois, con Varane, Ramos y Casemiro, ha conseguido mantener la puerta blanca prácticamente a cero durante la competición.
Algo que le ha quitado brillantez al equipo en su ataque, pero que les ha hecho más fuertes en el resultado, convirtiendo al equipo de Zidane en el Real Madrid más sólido de los últimos tiempos en cuanto a goles encajados y capacidad defensiva. (La lista de bajas del Madrid campeón: 2 señalados, fuera; otro en duda, se queda)
"Ya no está Cristiano" ha repetido hasta la saciedad el entrenador "ahora toca defender"; Zidane ha conseguido darle la vuelta a un Real Madrid de ataque, y les ha metido en la cabeza que el mejor ataque sí puede ser una gran defensa. Y el 34º título de Liga lo demuestra.