Poco queda de las promesas electorales de Pedro Sánchez ante la crisis catalana.
Si bien el presidente en funciones afirmaba y reafirmaba durante la campaña electoral que no se realizaría ninguna concesión a los partidos que quieren romper España, las últimas semanas de negociaciones para lograr su investidura han demostrado lo contrario.
No en vano, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, y la portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se han reunido ya en varias ocasiones, afirmando en todas ellas que se está 'progresando' hacia un acuerdo que permita a los socialistas mantener la Moncloa.
Las concesiones de Sánchez
En el comunicado conjunto enviado por los equipos negociadores entre PSOE y ERC, se contempla el término "conflicto político" catalán, frente a las primeras afirmaciones socialistas de que esta situación se debía a una "crisis de convivencia". Ese cambio de terminología es un primer paso en las concesiones de Sánchez a los republicanos.
También en ese comunicado aparece otra de las concesiones de los socialistas: el hecho de que la cuestión secesionista negociada desde "el respeto y reconocimiento institucional mutuo". Una de las líneas rojas de los republicanos, que pedían que se considerase al Gobierno regional como una entidad paralela y de igual importancia que el Gobierno nacional.
En ese sentido igualatorio entre 'presidentes', Sánchez ya ha confirmado a los medios que entrará en contacto directo con Quim Torra a través de una llamada telefónica; sin embargo, Torra ya ha afirmado que esa llamada no es suficiente. ("¡¡Menos mal que las llamadas de Pedro Sánchez al fijo son gratis!!")
Y no solo eso; Sánchez parece haber influido también en la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que ha solicitado fianzas de 9.000 euros para los CDR detenidos por manipulación de explosivos, aunque hace un mes los fiscales mantenían su decisión de mantener a los CDR en prisión.
Quien calla, otorga
Pedro Sánchez afirmó en su campaña electoral que el PSOE recuperaría el delito de referéndums ilegales.
"Vamos a incorporar en el Código Penal un nuevo delito para prohibir de una vez por todas la celebración de referéndums ilegales en Cataluña, como ha ocurrido cuando gobernaba el PP".
Sin embargo, ahora que el socialista depende de los partidos independentistas para conseguir la presidencia nacional, Sánchez no ha vuelto a hablar de esta promesa electoral, la cual ha quedado aparcada y olvidada en las acciones políticas socialistas.