Estados Unidos se ha pronunciado este miércoles sobre la crisis diplomática que están sufriendo España y Marruecos, y que se está convirtiendo en una verdadera crisis humanitaria migratoria en la frontera que separa al país vecino con Ceuta, después de que, en apenas cuatro días, más de 9.000 migrantes hayan entrado de forma irregular en territorio español, ante la inacción de las fuerzas policiales marroquíes.
"Apoyamos que tanto España como Marruecos trabajen juntos hacia una resolución" ha manifestado Jalina Porter, una de las portavoces del Departamento de Estado, en rueda de prensa.
Declaraciones que han llegado después de un largo silencio de la administración de Joe Biden, y después de que el secretario de Estado, Anthony Blinken, se pusiera en contacto telefónico con su homólogo marroquí el día anterior para hbalar del conflicto palestino-israelí.
Un papel 'neutral' de Estados Unidos en el conflicto hispano-marroquí que no ha sorprendido internacionalmente, ya que Donald Trump ya establecía fuertes relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Marruecos con el reconocimiento de la soberanía del Gobierno marroquí sobre el Sáhara Occidental, sin que la administración Biden haya dado muestras de querer revocar ese reconomiento.
Un movimiento que ha dejado patenete, no sólo el acercamiento entre Washington y Rabat, sino una clara preferencia del gobierno norteamericano a sus relaciones con Marruecos, antes que con el Gobierno español.
Sin embargo, en contraposición de EE.UU., Pedro Sánchez sí ha contado con el apoyo de la Unión Europea, que ha defendido las fronteras españolas al unísono, después de plantear el socialista una ronda de llamadas con los principales dirigentes europeos.
Así pues, el presidente del Consejo Europeo, la presidenta de la Comisión Europea y otros mandatarios europeos han enviado a Marruecos un claro mensaje: Ceuta es frontera de la Unión Europea, y el ataque a la misma supone un ataque frontal al ente supranacional en conjunto.
Marruecos mantiene su pulso contra España
A pesar de la clara advertencia europea, Marruecos mantiene el pulso contra el Gobierno de Pedro Sánchez, habiendo lanzado una tercera amenaza pública a través de la embajadora del país en Madrid, Karima Benyaich.
"Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir" aseguraba la embajadora este miércoles ante Europa Press, poco antes de su reunión con la ministra de Exteriores, Arancha González-Laya.
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Palabras de Benyainch que no sólo estaban centradas en la presencia de Brahim Ghali en territorio español, sino también en la posición del Gobierno español en la soberanía sobre el Sáhara, habiendo defendido Pablo Iglesias la necesidad de un 'referéndum' libre para el pueblo saharaui.
"Hay actitudes que no se pueden aceptar" aseguró la diplomática marroquí, según fuentes diplomáticas de ABC, remarcando que las relaciones entre países vecinos han de basarse en "la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir".