Parecía una perra vieja, estaba calva y muy delgada. Estaba aterrorizada, lo habia pasado muy mal.
No le gustaba que la bañáramos, pero teníamos que curarle la piel. Poco a poco con los tratamientos mejoro mucho. Parecía que no la habían acariciado nunca.
Cuando estuvo recuperada volvió a ser la cachorrita que era. En el refugio jugaba con sus amigos de cuatro patas y era feliz. Su evolución fue fantástica.
Esperamos que alguien la adopte y de de la vida que se merece.