Hermione, una preciosa perrita, fue abandonada en el bosque y tuvo la mala suerte de caer una trampa.
Hermione tenía hambre, y por ese motivo se acercó en busca de comida. Intentaron rescatarla, pero tenía tanto miedo y dolor por culpa del cepo que llevaba enganchado en la pata delantera derecha que no se dejaba ayudar.
Los rescatistas pasaron días intentando acercarse a la perrita, pero Hermione se refugiaba en el bosque a pesar del fuerte dolor.
La vida de Hermione corría peligro por el estado de su pata, y por este motivo los animalistas trajeron una malla para que no pudiera escapar.
Finalmente consiguieron ‘cazarla’ y llevarla lo antes posible al veterinario, donde, no sin dificultades, pudieron quitarle el cepo y liberarle la maltrecha patita.
Tras dos operaciones, Hermione tiene la pata como si nada hubiera pasado y corre feliz por el bosque junto a su nueva familia.