Jeanne Weber ha sido una de las mujeres que ha pasado a la historia por formar parte de las asesinas en serie más temerarias.
Y es que la francesa parecía llevar una vida normal y corriente después de casarse con Marcel Weber, tener dos hijos y ganarse un sueldo como cuidadora.
Pero su historia cambió cuando en el año 1905 sus hijos aparecieron muertos por estrangulamiento.
Tiempo después, las hijas de su cuñado también perdieron la vida en extrañas circunstancias.
Y a pesar de las investigaciones policiales que se llevaron a cabo, no fueron capaces de desvelar el motivo y el autor a pesar de que en el barrio ya había cierto rumor que la señalaba directamente.
Pero lejos de quedar la cosa ahí, al año siguiente un pequeño de tan solo 7 meses fue asesinado por la niñera y su hermano también apareció muerto poco tiempo después.
En resumidas cuentas, muchas coincidencias que siempre llegaban al mismo destino, Jeanne Weber.
Pero no fue hasta que su cuñada le dejó su hijo durante una tarde mientras hacía recados, cuando se hizo justicia y se desmantelaron todos los asesinatos que había realizado.
Todo sucedió cuando la madre al volver vió cómo su hijo se debatía entre la vida y la muerte, por lo que decidió llevarle directamente al médico donde finalmente le salvaron la vida.
Nada más sufrir este horripilante hecho, la cuñada no dudó en acudir a la policía para denunciar lo sucedido.
Además, el caso se volvió tan mediático que la policía tuvo que encerrarla entre rejas antes de que sufriera un linchamiento social.
Finalmente, la parisina tuvo un golpe de suerte al convencer al jurado dando una versión de madre desconsolada y argumentando una extraña bronquitis como causa de las muertes.
Por lo que Jeanne decidió irse de Francia por una temporada y a su vuelta, tras volver a realizar un homicidio, fue capturada y encerrada en un sanatorio donde terminó estrangulándose.