Vio a una perrita sufría y tenia hambre. Cojeaba y tenía una pierna hinchada.
Se la llevó a su casa para ciudarla y la llevó al veterinario. Afortunadamente el problema de la patita no era nada serio.
La llamó Bonya y a pesar de su dolor, estaba contenta y era feliz. Eso fue lo que la ayudó a superar circunstancias difíciles.
Bonya se convirtió en una perrita feliz. Siempre hay personas buenas que ayudan a perritos abandonados.