Los vecinos de la zona fallaron a la hora de encontrar a su amada, pero no han fallado a la hora de rendirle un bonito homenaje.
El amor puede con todo... o con casi todo. Eso era lo que Pal Arifin pensaba cuando, ante los incidentes políticos que se sucedían en Indonesia, y antes de ser separados, prometió a su pareja que volverían a encontrarse en la misma esquina donde siempre se veían cuando la ciudad estuviera a salvo.
Una promesa que Pak cumplió, regresando al lugar, una esquina de Malang, cuando la estabilidad política volvió, por fin, a la ciudad.
Sin embargo, su chica no apareció; pacientemente, Arifin ha esperado, durante más de cincuenta años, a la mujer que le robó el corazón; día tras día, el hombre se levantaba y acudía al lugar indicado, donde esperaba hasta altas horas de la noche, sin tener noticias de la mujer.
Por desgracia, el enamorado fue encontrado una mañana tirado en la acera, con fuertes moretones y marcas en el cuerpo que indicaban que había sido duramente golpeado, sin que en el hospital fuesen capaces de salvarle la vida.
Los vecinos le recuerdan con un bonito mensaje
Su rutina, de pasar día tras día en el mismo lugar, hizo que Pak se convirtiera en un personaje local reconocido por todos los vecinos, que, conociendo su historia de amor, buscaron la manera de ayudarle, intentando localizar a la mujer en cuestión, sin conseguir resultado alguno.
Sin embargo, la noticia de su fallecimiento ha conmocionado a todos los vecinos, qe no han dudado en homenajear la lealtad inquebrantable del hombre durante más de cincuenta años.
"El poder del amor" reza el sencillo epitafio colocado en las paredes donde, habitualmente, se veía a Pak esperar pacientemente a que una suave brisa inesperada le trajera de vuelta al amor de su vida.
