Los nervios en el Barça están a flor de piel. El Real Madrid está mal, cierto, pero en el eterno rival tampoco andan para tirar petardos. Inicio irregular en ambos equipos y una sensación de nerviosismo no habitual.
El Barça se la pegó contra Osasuna en El Sadar y tuvo que fiar el empate a manos de un niño, Ansu Fati, de 16 años. Sin él, la debacle hubiese llegado en Pamplona por un partido lamentable.
Mano clarísima de Piqué... y dos puntos menos
Los culés le dieron la vuelta al marcador, pero patinaron en una de las últimas jugadas del partido. Una mano clarísima de Gerard Piqué propició que Osasuna pusiese el 2-2 final en el electrónico de El Sadar.
Patadas al entrar al vestuario
Piqué entró al vestuario pegando puñetazos y patadas a todos los objetos que veía, según cuentan en Sport. El defensor culé se mostró muy nervioso e inquieto en una jugada que le han perdonado en muchísimas ocasiones con o sin VAR.
Enfadados con los arbitrajes
En terreno pamplonica no se la perdonaron, en la jornada 3, y ahora está por ver si sus quejas surtirán efecto. De momento, el Real Madrid también está muy enfadado con el criterio arbitral y tiene razón para estarlo en las primeras jornadas del campeonato doméstico.