Se trata de la mascota de Rebecca Ehalt, quien se reencontró con su perrito después de dos años de estar separados.
En cuanto la ve, se vuelve loco de alegria, salta, baila y no para de llorar de alegria.
Su mama humana está muy contenta de verlo y muy emocionada, no paran de besarse.
Al perrito se le ocurre que si se "desmaya" será todo más emotivo. De todas formas lo llevan al veterinario que certifica que está perfectamente de salud.