Es un mentiroso compulsivo: los españoles obtienen la prueba definitiva

El exlíder de Unidas Podemos queda en evidencia delante de todos

14 de Agosto de 2022
Es un mentiroso compulsivo: los españoles obtienen la prueba definitiva
Es un mentiroso compulsivo: los españoles obtienen la prueba definitiva

Pablo Iglesias vuelve a ser señalado por los españoles, en un movimiento que le ha costado la poca credibilidad que quedaba en el líder de Unidas Podemos. Sus últimas declaraciones han despertado la indignación de todo el mundo por la supuesta sinceridad con la que intervino en un debate acerca de los bulos y cómo las mentiras se propagan con rapidez a través de Internet.

Durante su intervención, el fundador de Unidas Podemos no tuvo pudor alguno en afimar que "ahora que no soy político puedo decir la verdad". Esta asunción ha despertado todo tipo de reacciones en redes sociales, donde la contradicción de Pablo Iglesias ha quedado clara para sus usuarios: "Es decir, que cuando era político no dijo una maldita verdad"

Este fallo garrafal del que fuera líder indiscutido de Unidas Podemos desde la creación del partido ha hecho saltar las alarmas sobre ciertas declaraciones e intervenciones del pasado, en las que Iglesias aseguraba una cosa pero acababa haciendo otra. Esta confesión del expolítico provoca que su comportamiento pasado ahora tome sentido, y que los españoles se sientan engañados si alguna vez llegaron a confiar en Iglesias y creyeron que tenía sanas intenciones.

Pablo Iglesias ha mentido a los españoles. No solo porque el propio expolítico lo haya reconocido en un debate público, sino que con sus propias palabras también confirma una de sus primeras mentiras. Cuando entró en política, Iglesias siempre dijo que trabajaría por la verdad y para mejorar la vida de los españoles, pero lo cierto es que solo procuró beneficios y riquezas para sí mismo mientras que los ciudadanos que supuestamente debía proteger están luchando por no caer en una de las peores crisis de la historia del país.

Además de esta mentira, la despedida de Pablo Iglesias de la política también se hizo de forma irregular. Cuando abandonó el Gobierno para intentar pelear directamente contra Isabel Díaz Ayuso por la presidencia de la Comunidad de Madrid, el exlíder de Unidas Podemos realizó una promesa que, naturalmente, no cumplió.

Durante la campaña por la presidencia de la Comunidad de Madrid por parte de Unidas Podemos, Pablo Iglesias quiso dar la imagen de político comprometido y que no se amedrentaba ante nada ni ante nadie, así que aseguró que, sin importar cuál fuera el resultado de las elecciones, se quedaría como parlamentario y diputado en la Asamblea de Madrid en caso de que no lograra alcanzar la presidencia de la región. Iglesias señaló que acataría el resultado que arrojaran las urnas y que se quedaría "donde me coloquen los ciudadanos".

Después de la celebración de los comicios del cuatro de mayo y la confirmación del desplome de Unidas Podemos también a nivel regional, Pablo Iglesias presentaba la dimisión de todos y cada uno de sus cargos en el partido en una noche aciaga para el líder y la formación política que ayudó a fundar. Con su marcha, quizá motivada por la vergüenza que le había producido semejante derrota en las urnas ante una de las líderes más carismáticas de los últimos tiempos, Iglesias incumplía sus propias palabras, pasando al retiro y la discreción por varios meses hasta que decidió reaparecer del lado de los medios de comunicación, desde donde todavía sigue lanzando sus proclamas y buscando nuevas formas de influir en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, un lugar que seguramente se arrepiente de haber abandonado: fuera de todo poder, Pablo Iglesias es visto como una carga por sus antiguos socios, que parecen haberse desentendido de él y buscan nuevas soluciones de cara a los próximos comicios.