A día de hoy, la telequinesis es un fenómeno que no está reconocido por la ciencia, por lo que queda enmarcada dentro de la llamada 'parapsicología'.
Esto se debe a que no existe un mecanismo real y científico según el cual se puedan desplazar objetos haciendo uso únicamente del poder de la mente, como tampoco existen evidencias concretas ni reales de que alguien tenga esta capacidad de forma evidente y explicable.
A pesar de todo ello, hay quien cree que esto es posible, y es que existen casos de personas que supuestamente contaban con este increíble don.
Por ejemplo, la rusa Nina Kulagina (1926-1990) fue estudiada en vida por ser capaz de hacer levitar objetos dentro de una campana de cristal, de mover la aguja de una brújula, de romper huevos sin tocarlos o de parar el corazón de una rana.
Los numerosos científicos que la analizaron llegaron a la conclusión de que esta mujer era capaz de crear un fuerte campo electrostático en torno suyo, especialmente en situaciones de estrés físico y emocional.
De este modo lograron explicar su capacidad para magnetizar estos objetos, aunque esta versión fue insuficiente para dar veracidad a un fenómeno como el de la telequinesis.