Enric Millo 'dinamita' la defensa de los golpistas: "No puede negarse que el independentismo es violento"

Millo relata en el Supremo cientos de actos independentistas organizados de "hostigamiento, acoso y violencia" desde tres semanas antes del 1-O

05 de Marzo de 2019
Enric Millo 'dinamita' la defensa de los golpistas: "No puede negarse que el independentismo es violento"
Enric Millo 'dinamita' la defensa de los golpistas: "No puede negarse que el independentismo es violento"

El exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo ha relatado al tribunal cómo desde tres semanas antes del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 se produjeron cientos de actos organizados de "hostigamiento, acoso, violencia e intimidación" a instituciones, cuarteles, agentes de Policía y Guardia Civil y comisiones judiciales.

Cuenta que Forn le "garantizó" en su primera entrevista que "la jornada electoral" del 1-O "se desarrollaría con total normalidad". 

Concretamente, Millo ha situado el inicio de estos actos justo después de las llamadas leyes de desconexión, ley de transitoriedad y ley de referéndum, en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre, ya que, concretamente la primera de ellas estableció en Cataluña una "especie de ficción" que generaba una "doble realidad", una situación que ha calificado de "kafkiana".

Por tanto, estas leyes y la "estrategia" del Govern y el Parlament, ha explicado, provocó "mucha incertidumbre" y fue entonces cuando comenzaron las "acciones de hostigamiento, asedio e intimidación", que ha elevado a más de 200, y que no cesaron hasta mediados de noviembre, una vez ya aplicado el artículo 155 de la Constitución.

Así lo ha contado Millo al tribunal que juzga el proceso independentista, a preguntas del fiscal Javier Zaragoza, que ha querido saber cómo vivió él esos días en Cataluña y cómo era el ambiente en las concentraciones de protesta que se sucedieron en las semanas en torno al referéndum ilegal. Millo no ha escatimado en detalles y ha relatado de forma pormenorizada y rotunda su experiencia.

De este modo, ha hablado de lanzamiento de objetos incendiarios, acoso a policías y guardias civiles, hostigamiento en los hoteles donde éstos se alojaban, acoso a comisiones judiciales y en las subdelegaciones del Gobierno en las cuatro provincias catalanas.

"Se creó un clima de violencia tal que allí donde había una diligencia judicial había un grupo de personas para amenazar, hostigar e intimidar con el objetivo de impedir las acciones judiciales", ha explicado.

"Doble legalidad"

El exdelegado del Gobierno ha relatado el caso concreto del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), quien le pidió reforzar la seguridad del edificio con Policía Nacional y Guardia Civil porque en la ley de transitoriedad, una suerte de norma suprema para una supuesta república catalana, se establecía que su cargo sería elegido por el president y, por tanto, "no sabía lo que iba a suceder, si le iban a destituir", en esa situación de "doble legalidad" creada tras el 7 de septiembre.

De todas estas concentraciones de protesta, una de las más "preocupantes" para Millo fue la del 20 y 21 de septiembre ante la Consejería de Economía de la Generalitat, sobre todo por la cantidad de personas concentradas, decenas de miles, y las proclamas que iban lanzando, como "No saldrán hasta que no queramos" o "Vamos a defender nuestras instituciones".

Para el político catalán, estos gritos respondían a la idea de que "si querían defender las instituciones es porque pensaban que les estaban atacando". "Era el mundo al revés", ha lamentado, para añadir después que este clima fue incentivado desde las instituciones catalanas y las entidades sociales.

Pero no sólo fue la Consejería de Economía, sino que, según Millo, otros muchos edificios fueron asediados ese día por los registros ordenados por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona. En la de Asuntos Exteriores, concretamente, vio "personas subidas en el vehículo de la comitiva judicial".

"Si todo eso no es violencia...", ha afirmado el exdelegado del Gobierno, quien vio además pintadas en las que se podía leer "Millo muerte".

"Amenazar y señalar personalmente a agentes policiales que tienen su casa en Cataluña. Esto de pacífico no tiene mucho. Hubo una componente clara de violencia, de agresividad", ha añadido antes de decir: "No se puede negar que el independentismo es violento".