Enfado brutal de Sergio Ramos en Valdebebas: "¡¡Basta ya!!"

Sergio Ramos mostró su indignación tras las palabras de Chiellini; hay una campaña contra el de Camas.

Enfado brutal de Sergio Ramos en Valdebebas: "¡¡Basta ya!!"
Enfado brutal de Sergio Ramos en Valdebebas: "¡¡Basta ya!!"

Sergio Ramos está “hasta las narices”, tal y como citan implícitamente en Defensa Central.

El capitán del Real Madrid ha dicho basta y ha visto como las palabras de Chiellini han sido la gota que colmó el vaso.

El sevillano vivió una última provocación, del defensor de la Juventus, en la autobiografía del mismo.

“Él sabe cómo ser decisivo en partidos importantes, con intervenciones más allá de cualquier lógica y causando lesiones con astucia diabólica. La de Salah fue un golpe maestro”.

Gravísimas acusaciones a Ramos

“Él, el maestro Sergio, siempre ha dicho que no era su intención provocar una lesión, pero cuando caes de esa manera y no te sueltas, sabes que nueve de cada diez veces corres el riesgo de romper el brazo de tu rival“, explica en su biografía.

Sergio Ramos se ha enfadado muchísimo al volver a estar en el ojo del huracán. Primero fue con el Liverpool, por la polémica de Salah, que le costó una reprimenda de los reds.

Fue por esa jugada y por la ‘falsa’ agresión a Karius. Clamaron al cielo Van Dijk y el siempre polémico Lovren. . (Solo falta un "OK" para cerrar su llegada: ¡¡Zidane ya espera a su fichaje galáctico más deseado!!)

Ramos está cansado

También ha tenido sus roces con medio Barça y medio Atlético de Madrid en los Clásicos y Derbis. Siempre en la polémica. Ahora ha sido el perdedor de Cardiff 2017, Chiellini, el último en atizarle.

Sergio Ramos se ha hartado de estar en el foco y ha soltado la frase en Valdebebas de “estoy hasta las narices”, tal y como cita el medio madridista. (Florentino tiene un plan: ¡¡El Real Madrid pone en marcha su propia desescalada en el mercado!!)

Siempre apuntan a la crítica con el andaluz y siempre los mismos, sus rivales que más le sufren. Chiellini es un claro ejemplo de perdedor y en sus actos lo demuestra. Avivando un fuego que ya estaba apagado y que no había necesidad de avivarlo.