Cuando se habla de conceptos como la sabiduría sexual, muchas personas consideran que son fábulas o invenciones en las que no se debe creer firmemente. Pero lo que realmente se desconoce es que existen cientos de equipos de investigadores y científicos dedicados a comprobar la veracidad de conceptos como este.
La sabiduría sexual es, además de la destreza sexual de cada persona, la capacidad de ser una pareja considerada y generosa en la cama. Numerosos estudios, como uno realizado en 2016 a la población de Estados Unidos, aseguran que "la edad tiene una relación positiva con la calidad de la vida sexual".
Por tanto, las investigaciones respecto de la sabiduría sexual se centran en un rango de población diferente, aquel que comprende los 60 y los 80 años, donde las pruebas de la sabiduría sexual son más fáciles de encontrar y de demostrar de cara al público más escéptico. Un estudio realizado en 2018 en Israel apoya esta teoría: los adultos situados en esta franja de edad cambian sus prioridades en el sexo, pasando "de la lujuria al amor" y centrándose en dar una mejor experiencia antes que recibirla.
Algunos de los aspectos que podrían influir en una mayor sabiduría sexual son la habilidad, la experiencia y la correcta comunicación de los deseos entre la pareja. Estos, sumados al crecimiento de la intimidad y las experiencias vitales ganadas con la edad forman el cóctel perfecto para crear 'grandes amantes'. Su existencia ya está demostrada, pero quedaba por comprobar si era algo innato o se podía aprender con el tiempo.
Los 'grandes amantes' se hacen, y son capaces de adaptar sus diferentes realidades sus experiencias sexuales con el objetivo de que sean lo más placenteras posible para quienes participan en ellas. Además, las experiencias sexuales de mayor calidad "comienzan en la mediana edad o más tarde" según Peggy Kleinplatz, directora del equipo de investigación de experiencas sexuales óptimas de la Universidad de Ottawa.
Con todo, la sabiduría sexual es un cúmulo de experiencias, eventos y conocimientos que se adquieren con el paso del tiempo. El aumento de la intimidad en una pareja y el crecimiento durante los años como persona genera que ese cúmulo de conocimientos provoquen experiencias sexuales más intensas y placenteras para quienes participan en ellas a edades más avanzadas.