Sexting es el acrónimo de sex (sexo) y texting (mensajes de texto) y da nombre a una de las prácticas sexuales más extendidas entre adultos y adolescentes, sobretodo durante el confinamiento.
Se trata de enviar mensajes de texto, fotografías o vídeos sexualmente explícitos a través de teléfonos móviles. El sexting ha pasado a ser algo muy común en la sociedad actual.
Se utiliza como una práctica sexual más entre una pareja o como parte del cortejo entre dos personas que se están conociendo y que quieren dar un paso más en su relación sentimental.
El sexting es recíproco en la mayor parte de las ocasiones y el objetivo es excitar a la otra persona con imágenes, vídeos o mensajes subidos de tono. Eso sí, hay que tener cuidado con los aspectos negativos.
Los peligros del sexting
El sexting puede ser una práctica excitante en el que ambos disfruten con las imágenes o vídeos de su pareja pero también puede desembocar en una serie de problemas que no se suelen tener en cuenta en muchos casos.
El enviar material comprometido puede dar lugar a chantajes, venganzas, daño a la reputación y acoso virtual. Esto sucede, sobre todo, cuando se practica sexting con personas desconocidas o cuando hackean el móvil a alguien de confianza.
Consejos para practicar sexting
Es recomendable practicar sexting con gente de confianza que no vaya a hacer un mal uso del material y utilizando teléfonos móviles que tengan instalado algún antivirus para evitar hackeos de terceras personas.
Asimismo, es mejor que en los vídeos e imágenes que se envían a la otra persona no se reconozca la identidad para evitar chantajes o acoso virtual. Se puede hacer enseñando todo menos la cara.
Hay que evitar las redes WI-FI públicas o abiertas ya que podrían acceder terceras personas y revisar bien el material antes de enviarlo, tomando la decisión de forma sosegada y tranquila.