Gareth Bale fue durante un año un auténtico problemón en el Real Madrid. El día (fatídico), de pretemporada, en el que Zinedine Zidane le señaló se acabó su estancia en Valdebebas. “Mejor si se va hoy que mañana…”. Sin embargo, su salario rocoso fue inasumible para cualquier club y tuvo que quedarse en la plantilla.
Contando, por momentos, aunque bien señalado tras el confinamiento. A Bale, ahí, se le agotó la paciencia. Solo la vía de Inglaterra le podía salvar. El Madrid iba a Manchester a jugarse seguir en Champions League y Gareth solo pensaba en firmar por el club rival del equipo al que se medían. Es decir, si el Madrid se medía al City, él ya esperaba la oferta del United. Nunca llegó.
En ESPN ayer daban informaciones pasadas sobre Bale y, nuevamente, quedó confirmado que pudo ser jugador red devils. Lo tantearon siempre de la distancia. Gareth se cogió un buen cabreo al ver que no le servía de nada esperar la oferta del United.
Reguilón, su amigo, iba en el pack
El Tottenham se adelantó a los de Old Trafford y a Bale, que ya asumía su salida desde hacía meses, aunque no lo decía públicamente, se le abrió el cielo. Además, en el pack se llevaron a Sergio Reguilón, uno de sus grandes amigos en la caseta madridista. La jugada perfecta y un final feliz a su rocambolesca historia.