El primer Gobierno de coalición en la historia de la democracia española fue, sin duda, uno de los momentos más celebrados dentro de la política, y por un buen sector de la sociedad española.
Sin embargo, meses después de haberse consolidado el Gobierno socialcomunista entre Podemos y PSOE, ambas fuerzas politicas han demostrado la inviabilidad de su acuerdo para formar Ejecutivo.
Así pues, parece que ambas formaciones lideran el Gobierno de España, pero por separado, y sin comunicación entre ellas.
Se ha podido comprobar en las medidas del Ejecutivo ante la 'vuelta al cole' de los más pequeños: ante un caso de positivo, la socialista María Jesús Montero afirmó que los padres podrían recibir ayudas estatales, así como la garantía de no ser despedidos, para poder cuidar del menor; sin embargo, remarcó la socialista, ésto no sucedería con los padres de los niños que únicamente tuvieran que guardar cuarentena por contacto con un positivo.
Sin embargo, casi simultáneamente, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, afimaba que el plan 'Me cuido' sí contemplaría este último caso, teniendo que rectificar la ministra de Hacienda sobre la marcha: "Si Iglesias está adelantando que el Ministerio de Trabajo ya está preparando borradores en estas cuestiones, pues bienvenido sea" declaraba la portavoz socialista.
No es el único caso en el que PSOE y Podemos trabajan de forma separada, buscando un mismo objetivo.
También la búsqueda de apoyos para los Presupuestos Generales del Estado ha dividido los esfuerzos del Gobierno: mientras el PSOE se acerca cada vez más a Inés Arrimadas, los podemitas siguen apostando por los partidos independentistas vascos y catalanes, afirmando que es necesario "mantener" los acuerdos y las alianzas que pusieron a Sánchez en la Moncloa.
La comunicación brilla por su ausencia entre los líderes de las dos formaciones; también entre vicepresidencias. Así pues, Nadia Calviño, vicepresidenta socialista de economía, conocía desde hace meses la fusión entre Bankia y Caixabank, anunciando desde el ministerio de Economía su beneplácito a esta fusión. Sin embargo, Calviño 'evitó informar' de estos movimientos a Pablo Iglesias, el vicepresidente que prometió en las elecciones "impedir la privatización de Bankia".
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"Ni lo conociamos ni nos parece bien" informaban este viernes desde la formación morada, claramente molestos con la 'ocultación' de la ministra de Economía, habiéndole sentado especialmente mal al líder de los morados, al incumplir así una de sus líneas rojas de la campaña electoral.
Los españoles pagan las consecuencias del estancamiento
Las desavenencias entre los partidos consolidantes del Gobierno no serían tan preocupantes, de no ser por la actual situación en la que se encuentra el país.
Los rebrotes por el coronavirus, extendido ya por toda la geografía española, han vuelto a poner en peligro miles de puestos de trabajo, así como que ha provocado el cierre de comercios en las zonas con mayor exposición al virus; todo ello, mientras los colegios vuelven a abrir sus puertas, y los hospitales siguen bajo mínimos tras la primera oleada de pandemia.
Un riesgo económico y sanitario que no se espera que sea solucionado en semanas, ya que desde el Gobierno central han decidido desviar las competencias y responsabilidades a los gobiernos autonómicos, que se encuentran con las manos atadas ante la falta de financiación estatal, tal y como aseguraba este viernes el presidente de Andalucía.
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Del mismo modo, la falta de acuerdos, ya no sólo para los Presupuestos Generales del Estado, sino para el destino de los fondos europeos contra el covid, hace que miles de familias españolas vivan aún hoy sin ningún ingreso, tras haber perdido el empleo con la pandemia. En el mismo sentido, seis meses después del inicio del Estado de Alarma, muchos son los que aún no han cobrado sus prestaciones por el ERTE sufrido, lo que supone ingresos cero desde el pasado mes de abril.