El descontrol que se está viviendo en Ciudadanos, con la desbandada de sus diputados y senadores, afianza a ERC en su papel de aliado necesario del Gobierno de Sánchez.
En las filas del partido republicano separatista catalán existía cierta preocupación ante la posibilidad de que la aproximación de Ciudadanos al centro izquierda permitiera a Sánchez poder elegir compañero de viaje en función de cada caso.
Ese riesgo suponía que ERC podía perder ascendencia sobre el presidente del gobierno español, que ya no sería cautivo de sus caprichos y podría buscar apoyos en un Ciudadanos que hasta hace poco se había mostrado distante del "sanchismo".
Pero el proceso de descomposición en el que ha entrado Ciudadanos ha tranquilizado a las bases de ERC, que vuelven a experimentar la sensación de que tienen a Pedro Sánchez bien cogido para sacar de él lo que más les convenga haciendo efectivo su chantaje basado en su apoyo en el Congreso.
El chantaje de una minoría que consigue lo que quiere
Ahora ERC se siente fuerte para imponer su voluntad en el Congreso con los votos de una inmensa minoría, que es precisamente la que necesita Pedro Sánchez para gobernar.
En este momento, Ciudadanos se ha quedado con nueve escaños en el Congreso tras las últimas deserciones, lo que sirve a ERC para presumir de fortaleza parlamentaria con sus 13 diputados que le permiten influir en el Gobierno a su antojo.
Queda superada la tentación que Sánchez pudiera tener de pactar con los constitucionalistas de Ciudadanos, y desde el partido republicano catalán existe la convicción de que Sánchez es su rehén porque "sólo podra llegar a acuerdos con la izquierda".
Y el acuerdo inmediato que más preocupa a ERC es el del indulto a los presos golpistas. No van a parar para conseguirlo, con la tranquilidad que da saber que Ciudadanos no podrá hacer nada para impedirlo.